Me llaman Alice
Marisa Grey
Editorial: Vergara - junio 2015
ISBN: 978-84-15420-74-3
Género: Romántico suspense contemporáneo
Una novela de suspense romántico en la tradición de Nora Roberts y Judith McNaught.
La autora de Cadena de favores –finalista del III Premio Vergara-El Rincón de la Novela Romántica– sorprende a las lectoras con un thriller cuya lectura quita el aliento.
«Me llamo Alice, y aquí os cuento mi historia. Mi vida no ha sido sencilla ni agradable. Quiero olvidar el pasado, en especial una noche de tormenta en la que me arrebataron mi inocencia y mis sueños. Ahora tengo una oportunidad de volver a empezar, y para ello me veo obligada a mentir. A eso se reduce mi futuro.
He conocido a un hombre maravilloso, sensible y hogareño; pero él me hace preguntas y se niega a aceptar mis silencios como respuesta. Tengo dos opciones: seguir ocultando la verdad, lo que me llevará a perderlo; o confesar, en cuyo caso también lo perderé. Por desgracia, me estoy quedando sin tiempo.»
Jackson se siente satisfecho con su apacible vida en el campo junto a sus tres hijos. Dirige el negocio familiar, un pequeño rancho donde cría caballos. Un día aparece una mujer que sacude todas sus convicciones. Se enamorará de sus contrastes: de su fragilidad y su fuerza, de sus sonrisas y sus silencios; sin embargo, cuanto más trata de acercarse, más se aleja ella. ¿Qué oculta Alice tras esa mirada que tanto le atrae?
Presentación:
¿Realmente podemos asegurar que conocemos a las personas que nos rodean? Sobre todo cuando esa persona aparece de pronto en tu vida.
Alice es un personaje ambiguo, puede parecer frágil, pero también es una mujer con una gran capacidad de adaptación y muy luchadora. Debe sortear los obstáculos que se le presentan, y se enfrenta a unos cuantos. En un momento determinado toma una decisión muy temeraria y quizá egoísta, sin pensar que las decisiones tienen consecuencias, no solo para ella, sino que arrastra a todos los que la rodean. Por su carácter independiente, se niega a pedir ayuda y prefiere apoyarse en una mentira para dar la espalda a una situación angustiosa.
Junto a Alice está Jackson. Es ante todo un hombre corriente, aporta la parte más amable; es un padre de familia, consciente de que tiene bajo su responsabilidad a toda una familia. Es prudente, pero la presencia de Alice le trastoca todo lo él daba por sentado. Se siente en la obligación de protegerla y a la vez se siente atraído por ella, a sabiendas que no puede acercarse, también consciente de que Alice se escuda detrás del silencio.
Me llaman Alice también es una historia familiar, con muchos personajes que aportan matices y contrastes. Está su tía Juliette, una mujer muy maternal que cuida de todos. Los hijos de Jackson; cada uno aporta frescura, descaro, bullicio y la dosis de ternura que hace que le cueste tanto a Alice mantenerse al margen de la vida de todos. Y finalmente está el abuelo, que da un respiro entre tanto drama. Es un hombre mayor, cotilla, de vuelta de todo y consciente de que está perdiendo la cabeza, lo que le lleva a portarse de manera descarada. Sabe que haga lo que haga, se le perdona todo. Y a pesar de ser el más vulnerable de la casa, es el que mejor entiende a Alice, sin hacer preguntas. Por eso choca con su nieto, porque Jackson siempre quiere saber más. Gary representa el soplo de aire fresco que necesita Alice para olvidarse de sus problemas y dudas.
En Me llaman Alice, el lector descubre una historia de amor, pero también de intriga y drama, con algunas dosis de humor y algunas sorpresas.
Y por esas mismas sorpresas, es una novela difícil de resumir. Creo que debe leerse sin ideas preconcebidas, sobre todo para los lectores que no han leído romántica. Uno se puede esperar una historia más dulce, como fue Cadena de favores, pero Me llaman Alice es más dura. Creo que le corresponde a Alice desvelar las luces y las sombras que su personaje aporta a la historia.
Escena:
«—¿Llegaré a conocerte algún día? A veces me parece ver tu interior, pero es como si hubiese varias versiones de Alice; la que se ríe feliz con mi familia, la mujer de la mirada perdida, la que llora en silencio, la que me vuelve loco…
Contempló el reflejo del rostro de Alice en la ventana y vio que tenía un lado oscuro en la sombra, el otro se veía con nitidez a la luz plateada de la luna. Era una imagen inquietante y a la vez tan propia de ella que se le encogió el corazón al pensar en todo lo que ella ocultaba, secretos que no compartía con nadie y suponía una carga abrumadora. La obligó a darse la vuelta y se zambulló en aquellos ojos que hablaban de un llanto contenido.»
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